Desde las culturas más antiguas del mundo la comida ha sido un ritual indispensable. Los Incas, Aztecas, Egipcios, Chinos, todos ellos consideraban que sus riquezas dependían del alimento que tenían, otorgado por la riqueza de sus tierras. Era tanta la importancia que estas milenarias culturas le daban a la comida, que incluso enterraban a sus muertos con alimentos suficientes para el largo viaje que iniciaban.
Hoy, en el siglo XXI esta tradición se mantiene viva. En unos lugares más que otros, pero siempre una buena mesa une a las personas. A las familias. A los amigos. La creatividad ha sido la base para mantener viva la tradición de la buena mesa.
En Chile, la comida se ha convertido en un tema social. Recibir a tus invitados con una mesa preparada con esmero es indispensable, aunque el mismo dueño de casa no lo haya realizado con sus propias manos. No importa, pero es tu casa y los aplausos igual te los llevas tú. Otras personas prefieren invitar fuera, pero la elección de dónde tampoco es trivial. Esto también conllevará a un reconocimiento o a una crítica, no en la cara del anfitrión, éste será trasquilado minutos después de la despedida.
No es difícil causar una buena sensación, lucirse frente a los invitados. Solo es cuestión de organizarse, preguntar. Indispensable conocer los gustos de los comensales. Si tienen alergias a ciertos alimentos, condimentos. Tipo de trago que prefieren. Nivel de sazón o picor. Con ese mínimo conocimiento uno puede quedar como rey o como hereje. Depende de la información, el resto es pura creatividad.
Ya saben, tan fácil como una Buena Mesa une a las personas, también las puede separar para siempre. Por eso siempre complemente con un detalle que lo haga brillar. Hasta el trozo de carne más sencillo, con un acompañamiento especial puede convertir tu cena en un banquete.
http://www.chefexpress.cl/
Hoy, en el siglo XXI esta tradición se mantiene viva. En unos lugares más que otros, pero siempre una buena mesa une a las personas. A las familias. A los amigos. La creatividad ha sido la base para mantener viva la tradición de la buena mesa.
En Chile, la comida se ha convertido en un tema social. Recibir a tus invitados con una mesa preparada con esmero es indispensable, aunque el mismo dueño de casa no lo haya realizado con sus propias manos. No importa, pero es tu casa y los aplausos igual te los llevas tú. Otras personas prefieren invitar fuera, pero la elección de dónde tampoco es trivial. Esto también conllevará a un reconocimiento o a una crítica, no en la cara del anfitrión, éste será trasquilado minutos después de la despedida.
No es difícil causar una buena sensación, lucirse frente a los invitados. Solo es cuestión de organizarse, preguntar. Indispensable conocer los gustos de los comensales. Si tienen alergias a ciertos alimentos, condimentos. Tipo de trago que prefieren. Nivel de sazón o picor. Con ese mínimo conocimiento uno puede quedar como rey o como hereje. Depende de la información, el resto es pura creatividad.
Ya saben, tan fácil como una Buena Mesa une a las personas, también las puede separar para siempre. Por eso siempre complemente con un detalle que lo haga brillar. Hasta el trozo de carne más sencillo, con un acompañamiento especial puede convertir tu cena en un banquete.
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