sábado, 3 de octubre de 2009

MUJERES DE HOY, ¿GUERRERAS O DONCELLAS?

Hoy amanecí pensando por qué mujeres profesionales, con excelente trabajo, con hijos ideales, con ya un fracaso matrimonial, siguen buscando al hombre perfecto.
¿Es que acaso somos tan optimistas o es tan fuerte nuestra esencia femenina de sentirnos amparadas por el sexo opuesto que esta búsqueda nunca termina? Amanecí preguntándome ¿qué es lo que necesitamos las mujeres para sentirnos plenas en una relación y por qué cuando tenemos una, sentimos permanentemente unas ganas increíbles de salir corriendo? Algunas decimos: "necesito un brazo fuerte en el momento indicado o un hombro en el cual apoyarme cuando me sienta débil" ¿está ese hombro cuando tenemos a la persona al lado o aparecen varios queriendo realmente ser ese apoyo cuando estamos solas? Otras juramos: "no quiero dormir más sola, necesito tener mi oso al lado, que me regalonee, me haga masajitos, me quiera". Ja! ¿quién hace masajes a quién? ¿quién regalonea a quién? ¿no es cierto que finalmente la que lleva desayunito a la cama los fines de semana es una, la que se acurruca al otro es la mujer?

Somos el lado frágil de la humanidad, la parte sensible, la que se llena de rollos con cualquier comentario que hiere profundamente nuestro ego. ¿Acaso nos piden disculpas al menos por tantos agravios a nuestra persona con comentarios irracionales, miradas irrespetuosas a otras féminas o frases burlonas (según ellos insignificantes) decoradas con una gran carcajada que delante de otros literalmente te hacen sentir disminuidas?

La mujer es capaz de mantenerse sola, de vivir sola, de ser mamá y papá. No logro entender cuál es esa fuerza que nos empuja a despegarnos nuevamente de la libertad, de esa posibilidad de hacer lo que a una le plazca, de recibir ese cariño, pasión o apoyo cuando menos lo esperas. Creo que a veces es mejor no tenerlo y que te llegue de improviso a creer que lo tienes al lado siempre pero que nunca está.

Mi conclusión ante tanta pregunta fue, ni por necesidad ni por placer. Es la programación que nos hizo la casa matriz en nuestros cerebros que nos hace ser dependientes, por más libres que intentemos aparentar ser. ¿A quién se le ocurrió la pelotudez de la liberación femenina o del feminismo? a ver si alguien me aclara bien como fue esa historia y cómo llegamos a ésto, donde no somos ni chicha ni limonada, ni guerreras ni delicadas doncellas.

Es vital que de una vez por todas nos pongamos todas las pilas y decidamos qué ser. La mezcla de ambas no sirve, hace daño y lo que es peor, los roles se confunden, se alteran y la balanza termina inclinada siempre hacia el lado más hormonal. Todas debemos ser capaces de acostarnos cada noche y levantarnos cada mañana afirmándonos a nosotras mismas lo máximo que somos, lo preciosas, que nos adoramos y que merecemos el mundo a nuestros pies. Que si la persona junto a nosotros no es capáz de darnos ese afecto, ternura, validar nuestro amor propio, no es el partner que buscábamos. Es momento de decidirnos, o guerreras o doncellas.

1 comentario:

  1. Mi queridisima cholita....otra vez navego en tus interesantisimas maneras con que tocas los temas de la vida cotidiana.Esas preguntas y respuestas tan propias tuyas,que nos hacen pensar y recapacitar....con toda una vida de experiencia junto a una pareja por partida doble,ya que enviude y vuelta a casar...he llegado a la conclusion que por nuestros genes familiares y nuestra manera de ser...somos muy dependientes de la proteccion del sexo opuesto,en nuestro caso de un esposo,que nos da seguridad emocional y un hogar estable...con el tiempo comprenderas esto y te acostumbraras.Yo tambien me he preguntado todo lo que tu expresas,infinidad de veces..y eso me ha dado inestabilidad ...cuando se tienen hijos es mejor llevar la fiesta en paz....eso de la liberacion,creo es mas bien propio de las solteronas...las casadas nos sentimos muy bien junto a un hombre protector y vigia de la familia....de hecho nosotras las mujeres somos fuertes para muchas cosas,pero debiles y felices doncellas de los hombres...te quiero mucho.

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